El vino es un regalo gourmet que siempre es bien recibido por quien sepa deleitarse con las diversas opciones gastronómicas. Una buena decisión sería una eleccción personalizada; teniendo en cuenta etiqueta, varietales, cosecha, etc, que apunte a los gustos de nuestro amigo, conocido o familiar pero cabe destacar que siempre suele resultar más difícil cuando se trata de un colaborador del trabajo que no conocemos de manera muy íntima.
Por ello, a continuación destacamos algunos tips para tener en cuenta a la hora de regalar un vino. Con sólo prestar atención a algunos detalles nos pueden ayudar a sacar un perfil del agasajado y nos sirven de guía para pensar un potencial vino a regalarle.
Es importante visualizar el momento de su desayuno, puesto que si la persona a la que le vamos a regalar esta bebida, suele tomar mucho café con crema y azúcar, mate azucarado o tés con miel, probablemente disfrute mucho más de los vinos dulces o de los vinos espumosos. En dicho caso, hay que optar por vinos que contengan entre un 2 y un 6 % de azúcar residual.
Siguiendo esta lógica, si el agasajado acostumbra a consumir bebidas dulces como daiquiris, mojitos, piñas coladas, etc., probablemente se sienta más atraído también por los vinos dulces para cockteles.
Por el contrario, si a este sujeto se lo distingue por un carácter fuerteconviene regalarle vinos más ásperos en boca. En cambio si se trata de alguien cuya personalidad concuerda más con caracteres bohemios o desorganizados, como suelen ser los de un artista por ejemplo, se recomienda regalarles vinos secos, delicados y expresivos.
En el caso de las mujeres, cabe destacar que si tiene una personalidad fuerte siempre le quedará muy a gusto recibir un Syrah, Pinot Blanc, Viognier o un Chardonnay. Si es músico, artista o tiene alguna especialidad que se acerque más a lo creativo, se recomienda obsequiarle algún vino de fruta.
En el caso de que no se conociese ninguna característica de la persona, como a veces suele ocurrir con los regalos empresariales, conviene siempre obsequiar un Cabernet o un Malbec, dos cepas emblemáticas, ya sea para desgustar o para compartir con invitados. Y por qué no un espumante, que siempre es bien recibido a la hora de ir culminando la velada.
Por último, se aconseja no obsequiar bebidas alcohólicas si no se está seguro de que la persona las consuma, ya que esto podría deberse a creencias religiosas, a recuperación de adicciones u a alguna otra decisión personal de índole diversa.
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