La temperatura adecuada para beber una cerveza artesanal no es “bajo cero”, ni con la botella congelada, ni “punto frozen”, ni nada de eso a lo que apunta el marketing de la cerveza industrial. ¿Por qué? Porque a esas temperaturas se pierden los aromas y nuestras papilas gustativas no pueden saborear la bebida.
Las grandes cerveceras imponen esa idea en el consumidor para tapar la baja calidad de sus productos. Se puede hacer una prueba: elija una cerveza artesanal y una industrial y déjelas tomar temperatura ambiente, cuando huela y pruebe ambas notará la diferencia: la industrial es intomable.
La cerveza hay que tomarla generalmente fría, pero no demasiado ya que podríamos no apreciar todos sus detalles. La temperatura adecuada será entre 6 y 10 grados centígrados para la cerveza rubia, y entre 8 y 10 grados para las cervezas negras. El exceso de frío apaga el sabor de las cervezas oscuras.
El método utilizado para servir una cerveza desde un barril o desde una botella es similar. Antes de servirse hay que refrescar el vaso bajo un chorro de agua fría para evitar la formación de burbujas y evitar también la mala formación de la espuma.
Luego, con una inclinación del vaso de aproximadamente 45º respecto de la botella o tirador se dejará caer lentamente la cerveza contra la pared del vaso evitando la formación de mucha espuma. Una vez que está medio lleno se coloca en posición vertical y se continúa para formar ahora, la espuma. Si se trata de una botella, en algunos casos, se deja un centímetro de líquido sin servir.
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